Historia de Albelda

A la caída del imperio romano, en el siglo V, los habitantes del valle del Ebro, que vivían en las ciudades de Calagurris, Vareia y Tritium, huyeron de los saqueadores bárbaros escondiéndose en cuevas excavadas en las riberas de los ríos. Ese es el origen de los conjuntos rupestres presentes en toda la Rioja, incluído el valle del Iregua. En Albelda hay dos conjuntos rupestres: el de la llamada Peña Salagona, del que sólo quedan algunos restos y el de de la Peña del barrio de las bodegas, que se conserva en un excelente estado. Fueron utilizadas a lo largo de los siglos como refugio, vivienda, almacén de alimentos, palomares y, probablemente, como morada de monjes ermitaños.
Cuevas de la Peña Salagona
Una vez pacificada Hispania por los visigodos, aparece el primer resto de una construcción en Albelda: una iglesia visigótica llamada "Las Tapias", del siglo VII, cuya excavación arqueológica fue realizada por el Dr. Urbano Espinosa, ex-rector de la Universidad de La Rioja, en 1975.

Excavación de la iglesia de Las Tapias
Video de La Iglesia de Las Tapias
Tras la conquista de España por los musulmanes, la población de Albelda fue fundada a mediados del siglo IX por Musa Ibn Musa Banu Qasi, señor de la Marca Norte del emirato de Córdoba. La llamó Al-Baida, que en árabe significa "la blanca", probablemente debido al revoco de sus paredes realizado con el yeso presente en esta zona. Construyó allí un castillo como parte de la línea defensiva contra los ejércitos cristianos. Durante casi un siglo, libró batallas contra navarros y castellanos, entre las cuales destaca la famosa batalla de Clavijo, desarrollada en territorio albeldense, con la mítica intervención del apóstol Santiago.
Reconquistado al fin el valle en 924, el rey navarro Sancho Garcés fundó el Monasterio de San Martín que, durante más de un siglo, fue referente en la cultura de la frontera hispano-musulmana. En su famoso scriptorium se escribieron unos de los más hermosos e importantes manuscritos de la época, entre los que destaca el "Códice Albeldense" realizado por el escriba Vigila en 974. El Monasterio fue tan importante que fue durante años sede del obispado riojano. Con la conquista de Calahorra en 1045, el Monasterio fue perdiendo importancia, hasta que, en el siglo XVII, la peña Salagona, situada a sus espaldas, sufrió un gran derrumbe que sepultó el recinto religioso. El único vestigio del monasterio que nos queda es la capilla rupestre de Santa Catalina, llamada "La Panera."

Capillla de Santa Catalina
A partir del siglo XII, Albelda entró a formar parte del señorío de Cameros, con sede en el castillo de Nalda.
Otros enclaves del patrimonio histórico de Albelda son la ermita de Santa Fe de Palazuelos, románico del siglo XII y la ermita de Bueyo, que conserva tambíen un ábside románico.

Ermita de Santa Fe de Palazuelos

Ermita deNuestra Señora de Bueyo
Ya en el siglo XX (1930), los Padres Escolapios construyeron en Albelda un seminario que fue realizado por el famoso arquitecto Fermín Álamo, un formidable edificio de estilo herreriano, que preside la entrada del pueblo.
